Longlegs y The Devil's Bath: dos películas satánicas
Un post sobre el diablo, que está en todas partes
Aquí, el universo entero es malvado y sofocante, no solo uno de sus rincones.
–Bilge Ebiri
Luego pasa que un tema se te presenta repetidamente. Una vez que algo alebresta tu interés, es imposible dejar de encontrarlo en todas partes. También es imposible saber si tú lo invocas, si pones más atención a algo que quizá siempre ha estado ahí, si una maquinaria ajena a ti se activa para que los estímulos te estimulen. Me está pasando con el diablo.
Hay que contextualizar. En mi misión de terminar la universidad y por fin titularme, estoy tomando algunas materias que me falta cursar. Una de ellas es una optativa de Textos Filosóficos. El tema, “La historia del miedo en Occidente: Las pesadillas de la razón y sus lugares en la literatura”. Es un verdadero placer leer sobre miedos diversos desde un análisis histórico.
Entre los temas que se han cubierto en esa materia están: el dios Pan, lo siniestro, el terror que provoca la idea del Apocalipsis, el miedo a la peste, la obsesión por el diablo, las brujas. La profesora, Leonarda Rivera, es una enciclopedia de datos terroríficos (supongo que de muchos otros también, pero en este curso quedan más de manifiesto los terroríficos). Explorar todos estos disparadores de espantos me animó a escribir este pequeño texto.
Como mencioné antes, en esta ocasión particular me quiero centrar en el diablo. Se me ha aparecido de formas magníficas en dos películas este año. No es mi intención hacer crítica cinematográfica (no sabría cómo), sino que quiero platicar de las cosas que pensé mientras veía estas películas, casi todas ellas relacionadas con la historia del miedo. Evitaré los spoilers en The Devil’s Bath porque no ha estado en cartelera. Pero Longlegs ya la vimos todxs.
The Devil’s Bath: algunos pecados son más grandes que otros
En el preámbulo de The Devil’s Bath, una mujer toma a un bebé entre sus brazos y se acerca a la saliente de una cascada para arrojarlo al abismo. Los motivos de esta acción, en este punto, no quedan claros. Un close-up a la cara de la mujer muestra un gesto imperturbable, casi pacífico. El llanto frenético del bebé queda fundido en el sonido del agua que se despeña.
Veronika Franz y Severin Fiala, directores y guionistas de The Devil’s Bath (también directores y guionistas de The Lodge y Good Night Mommy -la original-), se basaron en hechos documentados de la Austria del siglo XVIII. Estamos hablando de un momento histórico en Europa en el que la ciencia y la religión seguían unidos por hilos de especulaciones. Algunos comportamientos que hoy caracterizamos como producto de oscilaciones químicas del cerebro se atribuían a eventos siniestros, oscuros e insondables. La medicina más erudita de la época ni de lejos habría podido ver venir la depresión, la ansiedad o los trastornos de bipolaridad.
Agnes, la protagonista, es una mujer a punto de casarse con Wolf, un tipo agradable y bonachón. La actriz que le da vida al personaje es Anja Plaschg, quien además también compuso la música de la película bajo su nombre artístico, Soap&Skin. De hecho, Franz y Fiala la contrataron en un primer momento solo como compositora, pero Plaschg se identificó tanto con Agnes que la animaron a hacer una audición para el papel. Y lo obtuvo.
Agnes se casa con Wolf y lo que va descubriendo de la vida matrimonial, junto con otras circunstancias, la hunde en una depresión profunda. Este descenso es doloroso para ella, su esposo, su familia y hasta para sus animales. Su sufrimiento tiene diversas fuentes, pero la principal es que no logra convertirse en madre. Eso es lo que se esperaba de las recién casadas en la antigua Austria. Si algo hace bien esta película es colocar terrores contemporáneos en un contexto posmedieval que de alguna manera se siente cercano.
The Devil’s Bath hace una exploración del miedo a las consecuencias de desviarse del “buen camino”. Sus personajes, sobre todo los femeninos, están en constante peligro de terminar condenados a pasar una eternidad en el infierno. Todo su contexto está maldito: la familia que da la espalda, el Dios que no responde a las oraciones, las amigas que son una “mala influencia”, la sociedad entera que condena y margina al mismo tiempo que espía y se inmiscuye. Los personajes toman decisiones extremas y cuestionables porque ya no queda más que hacer en esa atmósfera asfixiante. Como dice Jules Michelet en La bruja: “No es el desgraciado el que llega a la desesperación; es el miserable, aquel que tiene un perfecto conocimiento de su miseria, que la sufre profundamente y no espera ningún remedio”.1 Agnes quiere abandonar el mundo y dejar de ser. Pero ni siquiera eso le es permitido.
En este punto de la historia de la humanidad, el hecho de que una mujer pudiera estar poseída no era una creencia retrógrada, era algo científicamente posible. Agnes buscaba ser madre, cuando eso le fue negado, se entregó a la “melancolía”, se dio un baño del diablo. Abandonar a sus animales, ser una mala esposa, contestarle mal a su suegra fueron algunos de los pecados que cometió. Finalmente, Agnes peca por última vez en lo profundo de un bosque porque se queda sin opciones. Cuando llega el momento de su confesión, entendemos que lo que buscó todo el tiempo no fue sino la salvación de su alma.
Longlegs: vamos, hagamos un pacto
Ya se comentó muchísimo el tema pero para mí sigue siendo hora de opinar o’clock. A diferencia de otras películas que han alcanzado un hype significativo en tiempos recientes (Cuando acecha la maldad, The Substance), Longlegs me encantó de principio a fin. He leído por ahí que no da miedo, que no es tal cual una película de terror, sino un thriller. O quizá una película de detectives con aspectos paranormales. Me quedé pensando en el lugar que actualmente le otorgamos al diablo y lo devaluada que está ya su presencia cinematográfica y quizá en la cultura general. ¡Estamos hablando de Satanás! ¡Claro que es terror!
Dice Robert Muchembled en su Historia del diablo que “Toda sociedad humana se plantea el problema del Mal e intenta resolverlo”.2 El enigma que presenta Longlegs me sigue dando vueltas en la cabeza después de verla tres veces: ¿es un final triste o un final feliz? ¿Se resolvió el problema del mal? ¿Ganó el bien? ¿La maldición o lo que fuera se acabó? Si todo lo que pasa en la película está de alguna manera diseñado por Longlegs, ¿debemos asumir que el mal triunfó sobre el bien?
A estas alturas voy a asumir que a nadie le importan los spoilers y haré un resumen de la película: Lee Harker, una agente especial del FBI con una intuición especial, se une al equipo de detectives que está investigando a un asesino serial. Todos los asesinatos que se atribuyen a este personaje comparten las mismas características: las víctimas son mujeres y el autor material del crimen es el padre de familia. Este acuchilla, apuñala o decapita a la esposa y de formas no menos crueles mata a la hija o hijas. Luego se suicida de un plomazo. En todas las escenas de los crímenes se encuentra una carta con un mensaje codificado firmado por L O N G L E G S.
Hasta aquí llega la parte convencional de la trama. Conforme nos adentramos en el universo de Longlegs, es más evidente que detrás de este nombre hay un plan siniestro confeccionado por Satanás. El sistema es simple: Longlegs recibe las instrucciones del demonio (the man downstairs): hay que eliminar a buenas familias, que sean inocentes e impolutas. Las hijas han de ser siempre niñas y por lo menos una de ellas debe tener su cumpleaños cerca de la fecha 14. La forma en la que Longlegs convence al pater familias de asesinar brutalmente a su familia es por medio de una muñeca que hace llegar a los domicilios como si fuera un regalo. La réplica de la niña nubla el juicio de todxs en el hogar y el demonio hace el resto.
La línea temporal es esta:
Longlegs comienza a matar en 1966.
En 1974 conoce a Ruth, la mamá de Lee Harker, que hace un pacto con él para permitir que Lee, de ocho años, siga viviendo. Desde 1974 hasta 1995, no podemos confiar en nada de lo que Lee cree que sabe, pues su muñeca está bajo el control de Longlegs.
Ruth empieza a ser cómplice de los asesinatos en agosto de 1974.
En 1985, Lee entra al FBI.
En 1995, Lee conoce a Longlegs.
Se me están yendo los caracteres al monte y nada más no llego a lo que quiero decir, así que me iré rápidamente con los detalles que noté y me dejaron boquiabierta.
¿Cuál es el origen de Longlegs y por qué puede comunicarse con Satán?
A esta respuesta llegué gracias a Reddit, donde alguien compartió la página The Birthday Murders. Sin duda es un ardid publicitario genial para brindar más contexto a los asesinatos cometidos por Longlegs. Leí todo lo que había en la página y encontré esta joya en la sección dedicada al asesinato de la familia Angstrom en noviembre de 1972 (la traducción es mía):
Las paredes interiores de la casa estaban decoradas con una serie de triángulos invertidos. En la mesa de noche había un ejemplar del libro The Golden Bough, A Study in Magic and Religion, del antropólogo escocés Sir James George Frazer, en la página 187.
Iba a buscar el libro (que sí existe y todo, es muy famoso), pero no hubo necesidad. En la misma página de The Birthday Murders hay una serie de links “encriptados” donde se puede descargar más información sobre los asesinatos: fotos, documentos, evidencia (genial, les digo). Ahí encontré la página del libro mencionado:
Lo más importante es lo que se menciona en los últimos renglones:
En estas islas se cree que un niño que nace envuelto en una membrana amniótica disfrutará en años posteriores del don de la clarividencia. Es decir, que será capaz de ver cosas que están ocultas a los ojos comunes, como demonios y espíritus malignos.
Googleen “parto velado” si se sienten listos.
¿Por qué Longlegs se refiere a la mamá de Lee Harker, Ruth3, como “La Séptima Ella”?
Unos minutos antes de la confesión de Longlegs, Lee Harker está hablando con sus colegas del FBI y les recita el fragmento del Apocalipsis que Longlegs le dejó en una carta: “Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo”.
Antes de Ruth hubo otras seis mujeres, seis cabezas de la bestia. A todas ellas, las esposas de los matrimonios seleccionados por Satanás, se les hizo la misma oferta: “Acepta el regalo y destrúyelo, destrúyete, destrúyanse. O quédenselo e inclínense… inclínense hasta abajo y pónganse a hacer la sucia, sucia labor. La labor que ensucia mientras limpia”.
Las seis mujeres antes de Ruth aceptaron el regalo, la muñeca. Pero Ruth hizo un pacto con el diablo para salvar a Lee. Este pacto demoniaco se distingue de la línea fáustica de lo que acuerdan generalmente un hombre y Satanás. Mientras un Fausto elige el poder, la sabiduría y los placeres terrenales, Ruth lo único que quiere es salvar a su hija, darle la oportunidad de crecer. Ella sabe que si no cumple con su parte del trato, terminará condenada a arder eternamente junto con Lee. Pero lo terrible de la historia es que el diablo está en todas partes: Ruth ya está viviendo un infierno.
¿Por qué tanto interés en Lee Harker de parte de Longlegs? ¿Por qué hablar con ella es importante para él y se conmueve hasta las lágrimas cuando la vuelve a tener frente a él?
Mi respuesta es que a Ruth se le permitió hacer este trato porque Lee es hija del diablo. Y Longlegs estuvo encargado de cuidarla y guiarla. Todo, hasta el hecho de que Lee cometa matricidio, es parte de un plan maestro dictado por Satanás. Mi principal evidencia es que cuando Lee está relacionando imágenes con la primera palabra que se le viene a la mente, dice “father” al ver el triángulo:
¿Y por qué el personaje se llama Longlegs?
Ah, pues muy fácil. Cuando un adulto se aproxima a una niña o niño, a los pequeños les parece que están hablando con personas de piernas muy largas.
Osgood Perkins tomó un fragmento de la Biblia, específicamente el Apocalipsis, y se las arregló para crear una buena película acompañada de una excelente campaña de marketing. Pero me parece que la gran virtud de Longlegs es la forma en la que invita a la investigación y el análisis. Algunos elementos están sugeridos por ahí, pero nunca deja lo suficientemente claro qué es lo que está pasando. No le interesa describir cómo suceden las cosas de pe a pa tanto como poner a funcionar el cerebro de la gente que ve la película. Algunas personas dicen que el guion está muy huevón: no estoy de acuerdo. A un guion huevón le rascas tantito y se desmorona. A Longlegs le rascas tantito y solo hay más detalles, curiosidades y oscuridad.
Y no hay que olvidar ese epígrafe que aparece al comienzo de la película:
Cada vez que le cortas la cabeza a la Hidra, le crecen otras dos. Así que dudo mucho que este sea el final de Longlegs. △
Michelet, J. (2022). La bruja, Akal, p. 76.
Muchembled, R. (2002). La historia del diablo, Fondo de Cultura Económica, p. 9.
Por cierto, según Wikipedia: “Rut (en hebreo: רות) es un nombre propio femenino en su variante en español y que se traduce como 'amiga', 'aliada'”. Friend of a friend…